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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Paulo Freire y su relación con la pedagogía libertaria

Paulo Freire (1921-1997), pedagogo e influyente teórico de una educación liberadora, publicó su primero libro en 1967, La educación como práctica de libertad, al que siguió el año siguiente Pedagogía del oprimido. Vamos a echar un vistazo a sus ideas liberadoras en educación y su estrecha relación con las propuestas libertarias. Puede decirse que desde que el hombre observa el mundo que le rodea, y le otorga un significado racional, cognitivo y simbólico, trata de formar su propia realidad; así, acaba tomando una falsa conciencia de la realidad y queriendo dominar todo lo que contempla: la naturaleza, los animales, incluso a la mujer y a todo ser humano análogo a él... 

Tal y como se ha formulado desde una óptica libertaria, las ideas de Freire pueden resumirse en los siguientes puntos:
1. Una educación que, liberada de todos los rasgos alienantes, constituya una fuerza posibilitadora del cambio y sea impulso de libertad.
2. Despertar la conciencia histórica de las masas para realizar un análisis holístico de su realidad particular. En medida de poseer conciencia histórica, serán libres de toda dominación impuesta.
3. Educación social y humanística. Dicha tarea de educar, será auténticamente humanista en la medida en que se procure la integración del individuo a su realidad comunitaria, ya que no existe educación sin sociedad humana y no existe hombre fuera de ella.
4. Debe dejarse a un lado la concepción en el estudio social al investigador fuera del contexto que estudia; primeramente, el hombre no sólo está en el mundo sino con el mundo y, segundo, se debe respetar al hombre como persona, dejando atrás el pensamiento hombre-objeto por hombre-sujeto.
5. El hombre debe existir en el tiempo y debe luchar para la no acomodación, es decir, para la humanización, participando en las épocas históricas, creando, recreando y deduciendo. La actitud crítica, es el único medio por el cual el hombre se integrará en su época.
6. Debe proveer al educando de los instrumentos necesarios para resistir los poderes del desarraigo frente a una civilización industrial que se encuentra ampliamente armada como para provocarlo. Hay que enseñar a los hombres educación: oyendo, preguntando e investigando.
7. Debe estar vinculada a los problemas sociales que presenta la comunidad donde habita. Debe estudiar los fenómenos, problematizar la naturaleza y establecer los nexos causales de la misma para aportar soluciones contextualizadas y pertinentes.
8. Debe ser liberadora y autónoma, humanizando procesos y acabando con el academicismo, madre de reglas inoperantes que restringen la creatividad del sujeto.
9. En esa misma línea de abolición de dichas reglas inoperantes academicistas, se debe abrir y flexibilizar aquellas normas que limiten al ser en su pleno desarrollo, así como la abolición de todo mecanismo que ejerza poder para que quede aislada de todo organismo político-partidista, religioso o empresarial, ejerciendo así el verdadero laicismo y pluriculturalidad.
10. Así, sería la sociedad misma a través de la autogestión y el cooperativismo, quien tome y apoye a la educación en sus manos. Se habla entonces de una sociedad escolarizadora, una sociedad con conciencia que sirva de apoyo a la nueva comunidad de docentes. Una sociedad que, paralelamente a la escuela, estará en construcción; donde no sólo el educando aprenda, sino que en cooperación y en ambiente cooperativo el educando, el docente y la sociedad misma se nutran en el proceso y lleguemos paralelamente, todos, a ese estadio de desarrollo humano que tanto aspiramos.

Pierre Bourdieu - Razones Prácticas sobre la teoría de la acción


El texto propuesto para este comentario está extraído del libro de Pierre Bourdieu, Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, en su capítulo quinto Espíritus de estado. Génesis y estructura del campo burocrático, anexo El espíritu de familia. Es una compilación de conferencias pronunciadas por Bourdieu en varias instituciones prestigiosas en diferentes partes del mundo.

Breve nota sobre el autor

Pierre Bourdieu (1930-2002), sociólogo y antropólogo social francés, fue catedrático de sociología del Collége de France. Ha sabido reunir a tres de los padres fundadores de la sociología, “que tradicionalmente se consideraban opuestos: Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber” (Corcuff, 2005:30). Son destacados sus trabajos centrados en la “reproducción de la dominación cultural mediante el sistema escolar y universitario” (Giner, 2006:71), como los referentes a los procesos sociales y cognitivos que generan las prácticas culturales, como es el caso del texto que nos ocupa en este trabajo (Raisons pratiques, 1994), como otros que les dedicó el mismo objeto de estudio (Le sens pratique, 1980; La misere du monde, 1993; Esquisse d´une théorie de la pratique, 1972).
La sociología de Bourdieu es una sociología crítica, de análisis del poder, con el objeto de descubrir los mecanismos no visibles que les permiten ejercer esa dominación económica y simbólica por medio de la legitimación de su poder por los dominados. Intentó distanciarse de las “representaciones tradicionales de la jerarquía social” (Wilkis, 2004:128), y lo hizo dando a conocer el mundo social estructurado conforme propiedades relacionales que intervienen como poderes. Al final del prólogo de Razones Prácticas, Bourdieu se refiere a su propio trabajo comouna “sociología de la libertad”, que viene defendiendo desde hace treinta años. Esta sociología de la libertad “(…) ofrece algunos de los medios más eficaces para acceder a la libertad que el conocimiento de los determinismos sociales permite conquistar contra los determinismos” (Bourdieu, 1997:10).
Localización

La sociología de Bourdieu aparece como una de las más significativas que ha conocido Francia después de la guerra, tanto por sus desarrollos teóricos como por la diversidad de sus aportaciones empíricas. Bourdieu siempre procuró que la elaboración teórica nunca estuviese completamente desligada de la investigación, interesándose fundamentalmente por la observación de la desigualdad y la distinción de clases en la perspectiva estructural más que ideológica, aunque sin someterse frente a lo que llamó “la ilusión objetivista del estructuralismo” (Lechte, 2010:116). Su idea se fundamentaba desde la máxima por conseguir que la ciencia se liberara de su dependencia de todo modelo, para obtener así capturar la verdadera naturaleza de la vida social y sus relaciones con la praxis del conocimiento. Las ciencias humanas han de desconfiar de modelos que expliquen las acciones, ya que “muy pocos comportamientos se rigen por intenciones estratégicas” (Rodríguez, 1997:1). 

Makarenko sigue haciendo de las suyas



La teoría pedagógica tiene como una de sus orientaciones clave la de sugerir un cierto tono en la relación educativa que establece el educador con el educando, es decir, en describir, más o menos, la calibración o armonía que debería regir la relación de manera que la presencia del educador no sea asfixiante ni en exceso ausente. En la clase, por ejemplo, se trataría de establecer la función exacta que debe exigirse a un pedagogo o maestro, cuáles son sus requerimientos y límites, los márgenes de su actuación. En este sentido, he ido sugiriendo en posts anteriores, iluminado por la lectura que de la pedagogía bajo medieval-moderna hace el sociólogo Lerena, que puede entenderse dos formas de actuación del pedagogo. La forma por la que la pedagogía convencional, aun en su versión más activista y renovadora, de estilo rousseauniano, ha optado es la forma del pastor o cura de almas, de la transformación interior, de la educación como un proceso de labrado efectuado por un ejemplo, una imagen, una palabra, un maestro que acompaña y conduce (pedagogo). Es decir, la educación sería una tarea íntima que involucra al todo del ser que constituye al educando y no un mero aprendizaje de tareas o conocimientos, que sería el otro modo de entender lo educativo.

Abraham Maslow


Identificó una jerarquía de necesidades que motivan el comportamiento humano. Según Maslow, cuando las personas logran cubrir sus necesidades básicas pueden buscar la satisfacción de otras más elevadas.


La jerarquía propuesta por Maslow, se compone de las siguientes necesidades, en orden ascendente:
  • Necesidades fisiológicas: hambre, sed, sueño, etc.
  • Necesidades de seguridad: sentirse seguro y protegido, fuera de peligro.
  • Necesidades de pertenencia a un grupo y amor: agruparse con otros, ser aceptado y pertenecer al grupo.
  • Necesidades de estima: lograr el respeto, ser competente, y obtener reconocimiento y buena reputación.
  • Necesidades de autorrealización: utilización plena del talento y realización del propio potencial.
                                                                 

El punto de vista humanístico ofrece un modelo positivo y optimista de la humanidad, opuesto al planteamiento negativo freudiano, y profundiza más que la teoría del aprendizaje al considerar factores internos, como sentimientos, valores e ilusiones.

"Si la única herramienta que tienes es un martillo, verás cada problema como un clavo".
"La satisfacción de una necesidad crea otra". 
"La falta de seguridad, respeto y amor puede causar tantas enfermedades como la falta de vitaminas".
"Estar buscando milagros en todas partes es para mi un indicio seguro de que se ignora que todo en la vida es un milagro". 
 

Teoría de ERIK H. ERIKSON



La alternativa más conocida a las etapas psicosexuales de Freud fue propuesta por Erik Erikson (1902-1994) Erikson no descartaba las influencias biológicas y psicosexuales sobre el individuo en desarrollo, pero acentuaba la influencia de la sociedad y la cultura, así como la importancia del desarrollo del Yo a lo largo de todo el ciclo vital (recordemos, una vez más, que para Freud es sobretodo el desarrollo de los cinco primeros años de vida lo que configura la personalidad)

Erikson conceptualiza el desarrollo como una sucesión de estadios a lo largo de toda la vida en los cuales el individuo ha de satisfacer al mismo tiempo sus necesidades, desarrollar sus capacidades y responder a las demandas del medio propias a su edad.
La palabra clave en el modelo de Erikson es crisis. Este autor pensaba que hay 8 crisis de desarrollo de máxima importancia en la vida, que dan lugar a 8 etapas de desarrollo psicosocial
 Cada etapa supone un conflicto entre un planteamiento adaptativo y uno desadaptativo de la crisis central. Un conflicto tiene que resolverse con éxito en el período en que predomina para dejar a la persona bien preparada para enfrentar el problema siguiente.

· Confianza básica versus desconfianza básica (del nacimiento a los 12-18 meses): El bebé desarrolla el sentido de si puede confiar en el mundo. Virtud: la esperanza. En la primera crisis de Erikson, confianza básica versus desconfianza básica, los bebés desarrollan un sentido de qué tan confiables son las personas y los objetos en su mundo. Necesitan desarrollar el equilibrio justo entre la confianza (que les permite crear relaciones íntimas)y la desconfianza (que les permite protegerse a sí mismos). Si las escalas pesan más del lado de la confianza -lo que es favorable según Erikson- los niños desarrollan lo que él llama la virtud de la esperanza: la creencia de que pueden satisfacer sus necesidades y obtener sus deseos. Si predomina la desconfianza, los niños verán el mundo como hostil e impredecible y tendrán problemas al establecer relaciones íntimas. Erikson enfatiza la situación de la alimentación como un escenario en el que la madre establece la mezcla correcta de confianza y desconfianza. A diferencia de Freud, que estaba estaba interesado en la gratificación oral -el acto de alimentarse por sí sólo- Erikson se interesa en las interacciones entre madre e hijo en cuanto a la alimentación.  ¿Responde la madre lo suficientemente rápido?, ¿puede el bebe contar con su alimento cuando tiene hambre y, por ende, confía en su madre como un representante del mundo?  La confianza permite que un infante deje a su madre fuera de vista, debido a que "ella se ha vuelto un hecho interior seguro, así como uno exterior predecible. " (Erikson, 1950, p. 247)
· Autonomía versus vergüenza y duda (de los 18 meses a los 3 años): El niño desarrolla un equilibrio de independencia sobre la duda y la pena. Virtud: el deseo. En esta crisis, los niños necesitan lograr el equilibrio justo entre la autonomía o y el control externo. Necesitan aprender lo que pueden y deben hacer, lo que es seguro de hacer, y qué clase de guía necesitan aún de sus padres. 

Teoría sobre el desarrollo humano: Sigmund Freud

Freud era un neurólogo practicante que formuló su teoría del desarrollo humano a partir de sus análisis de las historias de las vidas de sus pacientes con perturbaciones emocionales. Trataba de aliviar los síntomas nerviosos y ansiedades de los mismos basándose en métodos como la hipnosis, la asociación libre (hablar sin titubear de los pensamientos según ocurren) y el análisis de los sueños debido a que proporcionan algunos indicios sobre los motivos inconscientes que los pacientesreprimían (es decir obligaban a salir de su conocimiento consciente). Al analizar estos motivos y los acontecimientos que habían causado a su supresión, Freud concluyó que el desarrollo humano es un proceso conflictivo: como criaturas biológicas, tenemos instintos sexuales y agresivos básicos que deben satisfacerse, pero la sociedad dicta que  muchos de estos impulsos son indeseables y deben ser reprimidos. Deacuerdo  con Freud, las formas en que los padres manejan estos impulsos sexuales y agresivos en el moldeamiento de la conducta y el carácter de los mismos.

COMPONENTES DE LA PERSONALIDAD

La teoría psicosexual de Freud específica que tres componentes de la personalidad, el ello, el yo y el superyó, se desarrollan y se integran en forma gradual en una serie de cinco etapas psicosexuales.

  • El ello; es todo lo que está presente al nacer. Su única función en satisfacer los instintos biológicos innatos y tratará de hacerlo de inmediato. Ejemplo, cuando los bebés o mojadas, sólo se quejan y lloran hasta que sus necesidades son satisfechas; además, no son conocidos por su paciencia

  • El yo; es el componente racional consciente de la personalidad que refleja las capacidades para percibir, aprender, recordar y razonar que están surgiendo en el niño. Su función es encontrar medios realistas para satisfacer los instintos, como cuando un niño hambriento, recordando cómo obtiene comida, busca a su mamá y dice galleta. A medida que su yo madura, pueden controlar mejor su ello irracional y encontrar maneras realistas de satisfacer sus necesidades por sí mismos

  • El componente final de la personalidad, o superyó; es el asiento de la conciencia. Surge entre los tres y los seis años de edad a medida que los niños internalizan (adoptan como propios) los valores y normas morales de sus padres (Freud, 1933) Una vez que surge es superyó, los niños no necesitan un adulto que les diga que han hecho bien o mal, ya que están conscientes de sus propias transgresiones y se sienten culpables o avergonzados por su conducta poco ética. Por lo tanto el superyó es un censor interno. Insiste en que el yo encuentre salidas socialmente aceptables para los impulsos indeseables que genera el ello.

Teoria del desarrollo moral de Kohlberg


Lawrence Kohlberg

 (25 de octubre de 1927-19 de enero de 1987). Psicólogo estadounidense. Obtuvo en Chicago el título de “Bachelor of Arts” y el doctorado en filosofía. En 1958 presentó su tesis doctoral acerca del desarrollo del juicio moral.
Prestó servicios de docencia en la Universidad de Chicago y Yale. En 1968 se incorpora a la Universidad de Harvard, donde permanece hasta 1987. En esta universidad desarrolla la parte más importante de su reflexión acerca del desarrollo moral y de la autonomía. Para su investigación retomó gran parte de las aportaciones de Jean Piaget al estudio de la moral dentro de la Psicología. Su trabajo se continuó en el “Centro para el Desarrollo y la Educación Moral” fundado por él en Harvard. Murió en circunstancias dramáticas, quizá con un gesto que puede ser interpretado como un suicidio, debido en parte a una forma de depresión que le aquejaba desde hacía tiempo


LA TEORÍA DEL DESARROLLO MORAL DE KOHLBERG
Kohlberg considera esencial comprender la estructura del razonamiento frente a los problemas de carácter moral. En sus investigaciones no se centra en los valores específicos sino en los razonamientos morales, es decir, en las razones que tienen las personas para elegir una u otra acción. Son los aspectos formales del pensamiento moral los que interesan a Kohlberg.
Comenzó su trabajo recogiendo material hacia 1960; básicamente presentaba a la gente “dilemas morales”, es decir, casos conflictivos de decisión y clasificaba las respuestas que obtenía. Mediante este procedimiento llegó a describir seis etapas que corresponden a tres niveles distintos de razonamiento moral. El autor sostiene que la secuencia de etapas es necesaria, y no depende de las diferencias culturales, ya que obtuvo los mismos resultados en México, Estados Unidos y Taiwán. Datos interesantes hablan de que sólo el 25% de los adultos llegan al tercer nivel; el estado 6 es alcanzado sólo por el 5% de los adultos.
 Para estudiar el desarrollo moral, Kohlberg utilizó una serie de dilemas morales que presentó a los participantes. Un ejemplo sería el siguiente:
           
En Europa, una mujer estaba a punto de morir de cáncer. Existía un medicamento que los médicos pensaban que podría salvarla. Se trataba de un tipo de radio que un farmacéutico de esa misma ciudad había descubierto recientemente. El medicamento era costoso de fabricar, pero el farmacéutico cobraba diez veces más de lo que le costaba fabricarlo. Pagaba 200 dólares por el radio y cobraba 2.000 dólares por una dosis pequeña del medicamento. El marido de la mujer enferma, Heinz, acudió a cada persona que conocía para pedir prestado el dinero, pero solamente pudo reunir unos 1.000 dólares, que era mitad de lo que costaba. Le dijo al farmacéutico que su esposa se estaba muriendo y le pidió que se lo vendiera más barato o lo dejara pagar más adelante. Pero el farmacéutico respondió: "No, yo descubrí el medicamento y voy a hacer dinero con él." Heinz se sintió desesperado e irrumpió en el almacén del hombre para robar el medicamento para su esposa. ¿Debería el marido haber hecho eso?

 NIVEL 1. MORALIDAD PRECONVENCIONAL. (HASTA LOS 9 AÑOS)

Etapa1. Orientación hacia la obediencia y el castigo.

En esta etapa el niño/a niño asume que autoridades poderosas transmiten un sistema de reglas fijo que él o ella debe obedecer sin cuestionar. Al dilema de Heinz, el niño dice típicamente que Heinz no debería haber robado la droga porque "está contra la ley," o "es malo robar," como si esto fuera lo único que importara. Cuando se le pide que explique por qué, el niño responde generalmente en términos de las consecuencias implicadas, explicando que robar es malo "Porque te castigarían" (Kohlberg, 1958b).
Aunque la gran mayoría de los niños en la etapa 1 se opone el robo de Heinz, sigue siendo posible que algún niño apoye esa acción y todavía emplee el razonamiento de la etapa 1. Por ejemplo, un niño/a puedo decir, "Heinz puede robarlo porque se lo pidió primero y no es como robar algo grande; no lo castigarían". Aunque el niño/a esté de acuerdo con la acción de Heinz, el razonamiento pertenece todavía a la etapa1, pues la preocupación se centra en lo que las autoridades permiten y castigan.

Kohlberg llama a la etapa 1 pensamiento "preconventional" porque los niños todavía no hablan como miembros de la sociedad. En lugar de eso, ven la moralidad como algo externo a sí mismos, como algo que los adultos les dicen que deben hacer.

Etapa 2. Individualismo e intercambio:
 Los niños reconocen en esta etapa que no existe una sola una visión correcta que es dada por las autoridades. Diversos individuos tienen diversos puntos de vista. "Heinz," dirán, "puede considerar correcto robar el medicamento, pero el farmacéutico no." Puesto que todo es relativo, cada persona es libre de perseguir sus propios intereses. Un niño dijo que Heinz podía robar la droga si quisiera que viviera su esposa, pero que no tendría que hacerlo si deseaba casarse con alguien más joven y atractiva (Kohlberg, 1963, p. 24). Otro dijo que Heinz podría robarlo porque "Quizás tenía niños y necesitaba a alguien en la casa que se ocupase de ellos. Pero quizás no debería robarlo porque puede ser que lo metan en la cárcel durante más años de los que él podría soportar". (Colby y Kauffman. 1983, el p. 300). Por tanto, lo correcto para Heinz, es lo que favorece sus propios intereses.

Los niños en ambas etapas, 1 y 2, hablan del castigo. Sin embargo, lo perciben de modo diferente. En la etapa 1 el castigo está vinculado a la conducta incorrecta; el castigo "prueba" que la desobediencia es incorrecta. En la etapa 2, en cambio, el castigo es simplemente un riesgo que uno desea naturalmente evitar.

Aunque las respuestas de la etapa 2 suenan a veces amorales, tienen cierto sentido de la acción correcta. Se trata de una noción del intercambio justo. La filosofía subyacente es de intercambio de favores: "Si tú haces esto por mí, yo hago esto por ti". Al escuchar la historia de Heinz, los individuos dicen a menudo que Heinz actuó correctamente al robar la droga porque el farmacéutico estaba poco dispuesto a hacer un trato justo; él "intentaba estafar a Heinz"; o bien pueden decir que debe robar por su esposa "porque ella puede que le devuelva el favor algún día" (Gibbs et al., 1983, p. 19).

Los individuos en la etapa 2 se dice que toda
vía razonan en el nivel preconvencional porque hablan como individuos aislados más que como miembros de la sociedad. Ven a individuos intercambiando favores, pero todavía no hay identificación con los valores de la familia o de la comunidad.

NIVEL II. MORALIDAD CONVENCIONAL (O MORALIDAD DE CONFORMIDAD CON EL PAPEL CONVENCIONAL)

Etapa 3: Buenas relaciones interpersonales:

(Desde los 9 años hasta la adolescencia) Los niños en esta etapa creen que la gente debe atenerse a las expectativas de la familia y de la comunidad y comportarse correctamente. Comportarse correctamente significa tener buenas intenciones y sentimientos interpersonales, como amor, empatía, confianza y preocupación por los demás. Heinz, suelen decir, hizo bien al robar el medicamento porque "era un buen hombre por querer salvarla" y "sus intenciones eran buenas: salvar la vida a alguien que ama." Incluso si Heinz no amaba a su esposa, estas personas dicen a menudo que debe robar el medicamento porque "No creo que ningún marido deba quedarse sentado mirando como muere su esposa" (Gibbs et el al., 1983, pp. 36-42; Kohlberg, 1958b).

Si los motivos de Heinz eran buenos, los del farmacéutico eran malos. El farmacéutico, dicen los sujetos de la etapa 3, era "egoísta," "codicioso," e "interesado solamente en sí mismo, no en otra vida." A veces, los entrevistados se enfadan tanto con el farmacéutico que dicen que deberían meterlo en la cárcel (Gibbs et al., 1983, los pp. 26-29, 40-42). Una respuesta típica de la etapa 3 es la de Don, de 13 años de edad: "Realmente era culpa del farmacéutico, él era injusto, intentando cobrar excesivamente y dejando a alguien morir. Heinz amaba a su esposa y deseaba salvarla. Pienso que cualquier persona lo haría . No creo que lo metan en la cárcel. El juez miraría todos los puntos de vista, y se daría cuenta de que el farmacéutico cobraba demasiado. (Kohlberg, 1963, p. 25)

Vemos que Don define la situación en función de los rasgos de carácter y motivos de los implicados. Habla del marido cariñoso, del farmacéutico injusto, y del juez comprensivo. Su respuesta merece la etiqueta de "moralidad convencional" porque supone que la actitud expresada sería compartida por toda comunidad: "cualquiera haría bien al hacer lo que hizo Heinz" (Kohlberg, 1963, p. 25).

Como vemos, se da una cambio de la obediencia incuestionable a una perspectiva relativista y a una preocupación por los buenos motivos.

Etapa 4. Mantener el orden social.

El razonamiento de la etapa 3 funciona mejor en relaciones que implican a dos personas, como los miembros de la familia o los amigos cercanos, donde uno puede hacer un verdadero esfuerzo para llegar a conocer los sentimientos y necesidades de los demás e intenta ayudar.

En la etapa 4, en cambio, la persona se preocupa más por la sociedad como un todo. Ahora el énfasis está en obedecer las leyes, respetar la autoridad, y la ejecución de los deberes para mantener el orden social. En respuesta a la historia de Heinz, muchos dicen que entienden que los motivos de Heinz eran buenos, pero no pueden perdonar el robo. ¿Qué sucedería si comenzamos todos a romper las leyes siempre que sintiéramos que tenemos una buena razón? El resultado sería el caos; la sociedad no podría funcionar. Como explica una persona: "yo no deseo sonar como Spiro Agnew, ley y orden y agitar la bandera, pero si todos hicieran lo que desean hacer, estableciendo sus propias creencias respecto a lo que es correcto e incorrecto, sólo tendríamos caos. La única cosa que pienso que tenemos en la civilización hoy en día es cierta clase de estructura legal que la gente sigue. La sociedad necesita un marco que centralice. (Gibbs et al., 1983, pp. 140-41)

En la etapa 4, las personas toman las decisiones morales desde la perspectiva de la sociedad como un todo, piensan como miembros totalmente integrados en la sociedad (Colby y Kohlberg, 1983, p. 27)

Los niños de la etapa 1 también se oponen a robar porque rompe la ley. Superficialmente, las personas de la etapa 1 y la 4 están dando la misma respuesta, así que aquí vemos por qué Kohlberg insiste en que debemos profundizar en el razonamiento que existe detrás de la respuesta. Los niños de la etapa 1 dicen que "está mal robar" y que "está contra la ley," pero no pueden exponer nada más, excepto decir que el robar puede llevar a una persona a la cárcel.

Las personas de la etapa 4, en cambio, tienen un concepto de la función que tienen las leyes dentro de la sociedad como un todo; un concepto que va más mucho más lejos que el de los niños de la etapa 1.

NIVEL III. MORALIDAD POSTCONVENCIONAL (O MORALIDAD DE PRINCIPIOS MORALES AUTÓNOMOS)

Etapa 5. Contrato social y derechos individuales.

En la etapa 4, las personas desean preservar el funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, una sociedad que funciona como una seda no es necesariamente una buena sociedad. Una sociedad totalitaria puede estar bien organizada, pero es apenas el ideal moral. En la etapa 5, las personas comienzan a preguntarse, "¿Qué hace que una sociedad sea buena?" Comienzan a pensar sobre la sociedad de una manera muy teórica, distanciándose de su propia sociedad y considerando los derechos y los valores que una sociedad debería mantener. Entonces evalúan las sociedades existentes en términos de estas consideraciones anteriores.

Los entrevistados de la etapa 5 creen básicamente que una buena sociedad se concibe mejor como un contrato social en el cual las personas trabajan libremente por el bienestar de todos. Reconocen que diversos grupos sociales dentro de una sociedad tendrán diversos valores, pero creen que toda persona racional convendría en dos puntos. Primero, todos desean ciertos derechos fundamentales, tales como la libertad y la vida. En segundo lugar, desean procedimientos democráticos para cambiar leyes injustas y para mejorar la sociedad.

En respuesta al dilema de Heinz, estas personas dejan claro que generalmente no están a favor de romper las leyes; las leyes son contratos sociales que acordamos mantener hasta que podamos cambiarlos por medios democráticos. Sin embargo, el derecho de la esposa a vivir es un derecho moral que debe ser protegido. Así, la persona de la etapa 5 defiende a veces el robo de Heinz con vehemencia: "Es el deber del marido salvar a su esposa. El hecho de que su vida esté en peligro supera cualquier otro punto de vista que se utilice para juzgar su acción. La vida es lo más importante."
Esta persona continuó diciendo que "desde un punto de vista moral" Heinz debe salvar la vida incluso de un extraño, puesto que para ser consistente, el valor de una vida significa cualquier vida. Cuando se le preguntó si el juez debería castigar a Heinz, contestó: Generalmente, los puntos de vista morales y legales coinciden. Aquí están en conflicto. El juez debe conceder más importancia al punto de vista moral pero también preservar la ley y castigar a Heinz ligeramente. (Kohlberg, 1976, p. 38)

Por tanto, estas personas hablan de "moralidad" y "derechos" que están por encima de algunas leyes. Kohlberg insiste, sin embargo, en que no consideramos que las personas están en la etapa 5 simplemente por sus etiquetas verbales. Necesitamos tener en cuenta su perspectiva social y modo de razonamiento. En la etapa 4, las personas hablan con frecuencia también del "derecho a la vida," pero para ellos, el derecho está legitimado por la autoridad de su grupo social o religioso (por ejemplo, por la biblia). Probablemente, si su grupo valorara la propiedad por encima de la vida, ellos también lo harían. 

En la etapa 5, en cambio, la gente está haciendo un esfuerzo más independiente para pensar lo que cualquier sociedad debería valorar. Razonan a menudo, por ejemplo, que la propiedad tiene poco significado sin la vida. Están intentando determinar lógicamente cómo debería ser una sociedad

Etapa 6: Principios Universales.

Los sujetos de la etapa 5 están trabajando hacia un concepto de una buena sociedad. Sugieren que necesitamos: a) proteger ciertos derechos individuales y b) solucionar las disputas con procesos democráticos. Sin embargo, los procesos democráticos solos no dan lugar siempre a los resultados que intuitivamente consideramos justos. Una mayoría, por ejemplo, puede votar por una ley que obstaculice a una minoría. Así, Kohlberg cree que debe haber una etapa más alta (la etapa 6) que define los principios por los cuales alcanzamos la justicia. El concepto de Kohlberg de la justicia sigue el de los filósofos Kant y Rawls, así como grandes líderes morales tales como Gandhi y Martin Luther King. Según estas personas, los principios de la justicia requieren tratar todas las partes implicadas de una manera imparcial, respetando la dignidad básica de todas las personas como individuos. Los principios de la justicia son por lo tanto universales; se aplican a todos. Así, por ejemplo, no votaríamos por una ley que ayuda a algunas personas pero daña a otras. Los principios de la justicia nos dirigen hacia decisiones basadas en un respeto idéntico por todos.

En la práctica real, dice Kohlberg, podemos alcanzar decisiones justas mirando una situación a través de los ojos de otra persona. En el dilema de Heinz, esto significaría que todas las partes (el farmacéutico, Heinz, y su esposa) asuman los papeles de los otros. Para hacer esto de una manera imparcial, la gente puede asumir un "velo de ignorancia" (Rawls, 1971), actuando como si no supiera qué papel ocupará finalmente. Si el farmacéutico hiciera esto, incluso él reconocería que la vida debe tomar prioridad sobre la propiedad; porque él no desearía encontrarse en los zapatos de la esposa con la vida siendo valorada por encima de la propiedad. Así, todos convendrían en que la esposa debe ser salvada. Ésta sería la solución justa. Tal solución, requiere no solamente imparcialidad, sino el principio de que todos merecen igual y pleno respecto. Si considerasen a la esposa de menos valor que a los demás, no podría alcanzarse una solución justa.

Hasta hace poco tiempo, Kohlberg había estado incluyendo algunos de sus sujetos en la etapa 6, pero dejó de hacerlo temporalmente. Él y otros investigadores no habían estado encontrando personas que razonaran constantemente en esta etapa. Además, Kohlberg concluyó que los dilemas planteados en las entrevistas no son útiles para distinguir entre la etapa 5 y la etapa 6. Él cree que la etapa 6 tiene un concepto más claro y más amplio de los principios universales (que incluyen la justicia así como los derechos individuales), pero cree que su entrevista no puede mostrar esta comprensión más amplia. Por lo tanto, ha prescindido temporalmente de la etapa 6, llamándola una "etapa teórica" y anotando todas las respuestas del postconvencional como etapa 5 (Colby y Kohlberg, 1983, p. 28).

Teóricamente, una aspecto que distingue la etapa 5 de la etapa 6 es la desobediencia civil. Las personas de la etapa 5 dudarían más respecto a aceptar la desobediencia civil, debido a su compromiso con el contrato social y las leyes que cambian con acuerdos democráticos. Solamente cuando un derecho individual está claramente en juego, la violación de la ley se considera justificada. En la etapa 6, en cambio, un compromiso con la justicia hace más intenso y más amplio el análisis razonado de la desobediencia civil. Martin Luther King, por ejemplo, afirmó que las leyes son solamente válidas cuando están basadas en la justicia, y que un compromiso con la justicia acarrea una obligación de desobedecer las leyes injustas.

King también reconoce, por supuesto, la necesidad general de las leyes y de los procesos democráticos (las etapas 4 y 5), y estaba, por tanto, dispuesto a aceptar las penas impuestas pos sus acciones. Sin embargo, creía que el principio más alto de justicia requería desobediencia civil (Kohlberg, 198 1, p. 43).

¿CÓMO TIENE LUGAR EL DESARROLLO MORAL?
            Según Kohlberg, estas etapas no son el producto de la maduración. Es decir, las estructuras y las secuencias de las etapas no se despliegan simplemente según un modelo genético. Tampoco mantiene que sus etapas son el producto de la socialización. Es decir, los agentes que socializan (por ejemplo, los padres y profesores) no enseñan directamente nuevas formas de pensamiento. De hecho, es difícil imaginarlos enseñando sistemáticamente cada nueva etapa en su lugar concreto en la secuencia.

            Las etapas emergen de nuestro propio pensamiento acerca de problemas morales. Las experiencias sociales promueven el desarrollo, pero lo hacen estimulando nuestros procesos mentales. Cuando participamos en discusiones y debate con otras personas, encontramos nuestras opiniones cuestionadas y desafiadas y, por lo tanto, nos vemos motivados a buscar nuevas posiciones más amplias. Podemos imaginar, por ejemplo, a un hombre joven y a una mujer que discuten una nueva ley. El hombre dice que todo el mundo debe obedecerla, tanto si le gusta como si no, porque las leyes son vitales a la organización social (etapa 4). La mujer advierte, sin embargo, que algunas sociedades bien organizadas, tales como la Alemania Nazi, no eran particularmente morales. El hombre entonces observa que cierta evidencia contradice su opinión. Entonces experimenta un conflicto cognitivo y se ve motivado a pensar en el tema más profundamente, quizás moviéndose un poco hacia la etapa 5.

            Kohlberg también habla a veces del cambio que ocurre con las oportunidades de toma de papeles, es decir, oportunidades de considerar los puntos de vista de los demás. Conforme los niños interactúan con otros, aprenden cómo difieren los puntos de vista y cómo coordinarlos en actividades cooperativas. Mientras discuten sus problemas y resuelven sus diferencias, desarrollan sus conceptos de lo que es justo.

            Sean como sean las interacciones, funcionan mejor, dice Kohlberg, cuando son abiertas y democráticas. Cuanto menos presionados se sienten los niños a simplemente conformarse con la autoridad, más libres serán para establecer sus propias diferencias y formular sus propias ideas.

            Ni Piaget ni Kohlberg consideraban que los padres fueran importantes en el desarrollo moral de los niños. Sin embargo, los análisis más recientes subrayan la aportación de los padres en los ámbitos cognoscitivo y emocional.
            En un estudio a padres de 63 estudiantes de primero, cuarto, septitmo y decimo grado, se les pidió que hablaran con sus hijos acerca de dos dilemas: uno hipotético y uno real descrito por el hijo (J.L Walker y Taylor, 1991) los niños y adolescentes que mostraron mayor progreso mencionadas anteriormente fueron aquellos cuyos padres acudían al humor y el elogio, los escuchaban y les pedían su opinión. Estos padres planteaban preguntas esclarecedoras, reformulaban las respuestas y se aseguraban de que sus hijos entendieran los temas. Los niños que menos avanzaron fueron aquellos cuyos padres; sermoneaban, amenazaban o contradecían las opiniones de los menores.
            Carol Gililigan (1992); sostenía que la teoría de Kohlberg se orienta hacia valores que son mas importantes para el hombre que para la mujer. Debido a que las mujeres perciben la moralidad no tanto en términos de justicia y equidad sino como de responsabilidad de mostrar preocupación por los demás y evitar el daño. Las investigaciones no han sustentado esta teoría. Por lo tanto la investigadora ha cambiado su postura. Sin embargo algunas investigaciones han demostrado diferencias de género en la pubertad temprana. Tal vez se deba a que generalmente las chicas maduran primero y tienen relaciones sociales más intimas y suelen hacer hincapié en aspectos de preocupación más que los chicos.
            Volviendo a Kohlberg, el planteaba que antes que las personas se formen una moralidad completa basada en principios, deben reconocer la relatividad de los juicios morales. Tal vez esta relatividad se llegue a entender en la etapa de la adolescencia ya que pueden llegar a entender que la sociedad forma sus propias definiciones de lo que es correcto e incorrecto 

FOMENTAR EL DESARROLLO MORAL EN NIÑOS

Kohlberg estaba interesado en ayudar a las personas a evolucionar hacia niveles más altos de moralidad. La mejor sociedad posible será aquella que contenga personas que no sólo entiendan la necesidad de un orden social (etapa 4) sino que tengan en cuenta principios universales, como la libertad y la justicia.

            ¿Cómo promover el desarrollo moral? Los grupos de discusión sobre dilemas morales pueden ayudar a los niños a avanzar hacia etapas superiores. Para ello, se presenta al grupo el dilema moral y se deja que debatan por sí mismos. Los niños avanzan hasta una etapa superior al encontrarse con puntos de vista que retan su pensamiento y los estimulan a formular argumentos mejores. Así, el niño/a empieza asumiendo un punto de vista, después se encuentra con información contradictoria (los puntos de vista de otros niños o las preguntas de los profesores) que le crea confusión; entonces resuelve la confusión creando un punto de vista más avanzado y amplio.