PEDAGOGIA
LIBERTARIA
El verdadero sentido de la palabra libertad
se ha tergiversado hasta convertirse en el número de tarjetas de crédito
de las que se dispone. El dinero lo mueve todo y sin dinero no somos nada…o eso
es lo que se nos pretende hacer creer.
En este contexto, es importante la
recuperación de valores humanos personales y colectivos, enfocados a un
desarrollo pleno de las personas que se aleje de factores opresores. Es
por eso que la educación juega un papel muy importante en esta
recuperación.
La pedagogía libertaria, nacida hace poco más de
un siglo, es sin duda una respuesta radical a la situación actual por sus
características rompedoras con el sistema establecido. El objetivo de la misma
es que las personas sean dueñas de su propia vida, sin dejarse oprimir ni
explotar, a través de su propio pensamiento libre y autonomía moral.
La libertad y el antiautoritarismo son
principios básicos en la pedagogía libertaria: la educación como rechazo a toda
autoridad arbitraria, desarrollando un aprendizaje de la autonomía y de la
libertad individual y colectiva. El apoyo mutuo, la solidaridad, la enseñanza
integral y racional, integrada y autogestionaria, son otros de los principios
de la escuela libre, en la que las niñas y niños son las figuras centrales de
su aprendizaje.
ALEXANDER
NEILL
Neill no fue un científico, ni un
investigador, fue quizás un filósofo, y sobre todo un soñador y un idealista.
No fue el hombre de una escuela pedagógica o psicológica en particular, no
desarrolló jamás un enfoque metódico y reflexivo. Toda su obra no es más que la
extensión de su propia personalidad. Pese a que escribía mucho, sus textos a
menudo sólo eran impulsos generosos, afirmaciones vehementes, anécdotas,
reacciones indignadas, aunque también argumentaciones simplistas. Jamás se
preocupó por articular sus ideas entre sí ni por evaluarlas a la luz de la
realidad. “Neill, señala Bates-Ames, elaboraba una teoría sobre la forma en que
piensa el niño y sobre sus supuestas necesidades y luego, cuando su teoría
sucumbía bajo el peso de las pruebas, continuaba tratando a los niños como él
imaginaba que eran” .
. En verdad, Neill, a diferencia
de su contemporáneos, no plantea en principio los problemas de la educación en
función de las necesidades, sino del derecho. Aun cuando toma de Reich el
término “autorregulación”, lo hace para referirse al“derecho que tiene un
lactante de vivir libremente, sin obstáculos exteriores, en cuanto a las
actividades psíquicas y somáticas” . Se comprende entonces que
las teorías de la época fueron a menudo deformadas y sólo sirvieron básicamente
de preparación para sus propias ideas; esto explica también por qué en el ocaso
de su vida aún se maravillase de haber escrito durante años sin haber podido
declarar ni sus ideas ni sus acciones.
“Cada cual es libre de hacer lo que desee
mientras no usurpe la libertad de los demás”: ésta es la filosofía de la
libertad que prevalece en Summerhill. Su interpretación en términos pedagógicos
es sencilla: “en materia de salud psíquica no debemos imponer nada y en materia
de aprendizaje, no debemos pedir nada”
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